Credit: IMF Photo/Alyssa Schukar

Explicación: Cómo se autofinancia el FMI y por qué es importante para la economía mundial

Gracias a su singular modelo de financiamiento, que no se basa en consignaciones presupuestarias ni en ningún otro tipo de recurso de los contribuyentes, los países pueden contabilizar las contribuciones que realizan al FMI como activos de reserva.

El FMI es más conocido por los préstamos que concede a los países en crisis. Pero, ¿qué pasa con sus finanzas? ¿Cómo financia sus funciones críticas y hace frente a sus gastos operativos? 

Recordemos que el FMI no es solo el bombero de las finanzas internacionales, sino que también ofrece a sus países miembros asesoramiento de política económica y asistencia técnica con el fin de crear las instituciones y las condiciones económicas adecuadas para mantener la estabilidad económica y financiera y mejorar el crecimiento, la creación de empleo y el nivel de vida. 

El FMI cumple su mandato gracias a un mecanismo único que permite generar y desplegar recursos. Digamos que se trata de una cooperativa de crédito para países, con una capacidad de préstamo de casi USD 1 billón. 

Una cooperativa de crédito para países

Pensemos en cómo funcionan las cooperativas de crédito. Sus miembros no solo colocan dinero para obtener intereses por sus depósitos, sino que también recurren a esta reserva en forma de préstamos. 

El FMI funciona de forma similar. A cada uno de sus 191 países miembros se le asigna una “cuota” específica, que se basa principalmente en su posición relativa en la economía mundial. Estas cuotas constituyen los componentes básicos principales de la estructura financiera del FMI. Determinan la contribución financiera máxima de cada país miembro, y también sirven para definir cuánto puede endeudarse un país con el FMI.  

Se trata de un modelo que beneficia tanto a los prestatarios como a los acreedores. A cambio de proporcionar recursos para las operaciones de préstamo del FMI, los países miembros obtienen un derecho remunerado, líquido y seguro frente al FMI.  Cabe resaltar que los países miembros pueden incluir este derecho como parte de sus reservas de divisas. 

Esto también significa que, al contrario que muchas otras organizaciones internacionales, el FMI no depende de sus países miembros en forma de cotizaciones anuales o de subvenciones procedentes de consignaciones presupuestarias. 

Todo esto es importante para la economía mundial. Al centralizar recursos de sus países miembros, el FMI desempeña un papel central en la red mundial de seguridad financiera. Apoya a los países que experimentan dificultades para cumplir sus obligaciones financieras internacionales, como son el pago de las importaciones o el servicio de su deuda externa. Ante tal crisis de balanza de pagos, los países pueden solicitar ayuda rápida del FMI. 

Para que quede claro, el FMI no ofrece ayuda para el desarrollo o financiamiento para proyectos, como serían los préstamos para construir infraestructura o similares; hay otras instituciones que se encargan de eso. En su calidad de prestamista de última instancia, el Fondo proporciona una inyección de liquidez temporal a países en dificultades. Pero los beneficios de este tipo de asistencia no son menos tangibles. Los préstamos del FMI contribuyen a suavizar el impacto de las crisis en la gente corriente. Restablecen la confianza y proporcionan un “respiro" vital que permite llevar a cabo reformas económicas para que los países puedan recuperarse. 

Esto beneficia a todos, incluso a las economías más fuertes. Pensémoslo: de no abordarse, la inestabilidad en un país, o en una región, podría extenderse fácilmente a otros países, o regiones, por ejemplo, a través de la volatilidad de los flujos de capital y el aumento de las presiones migratorias. En otras palabras, apoyar a un país que lo necesita redunda en beneficio propio de todos los países. 

Términos y condiciones

Cuando los países miembros piden préstamos al FMI, los países acreedores reciben una compensación justa por los recursos que ponen a disposición de la institución para sus operaciones de préstamo; es decir, reciben el interés de mercado que esperarían recibir por un préstamo, a todos los efectos prácticos, sin riesgos. 

La lista de acreedores incluye a los países miembros del FMI cuyas situaciones económicas, en especial en sus cuentas externas, son lo suficientemente sólidas como para apoyar a otros países. En 2024, alrededor de 50 países acreedores recibieron un total de aproximadamente USD 5.000 millones sobre los recursos en forma de cuotas que habían aportado para los préstamos que el FMI concede en condiciones no concesionarias. 

Los países miembros también se benefician del peso que tiene la centralización de recursos. Pensemos, por ejemplo, en el mayor accionista del FMI, Estados Unidos: por cada dólar que este país pone a disposición para operaciones de préstamo, el FMI recibe cuatro dólares de otros países. En conjunto, la capacidad total de préstamo del FMI se acerca a USD 1 billón. Sus préstamos también pueden servir como catalizador de financiamiento esencial de otras instituciones financieras internacionales y, lo que es más importante, del sector privado. 

Para los países prestatarios, pertenecer a esta “cooperativa de crédito” supone un balón de oxígeno macroeconómico vital.  Los montos de los préstamos son un múltiplo de la cuota de cada país. Y, para hacer frente a los problemas económicos subyacentes, los préstamos están sujetos al diseño y la condicionalidad de los programas del FMI. Los beneficios de estas condiciones se observan en las razonables tasas de interés de los préstamos que concede el FMI. Estas tasas son mucho más bajas de lo que un país en crisis encontraría en los mercados de capital privado. 

Los países prestatarios que acceden a los préstamos generales o no concesionarios del FMI pagan una tasa de interés igual a la que se paga a los países acreedores, más un pequeño margen. Además, el FMI administra fondos fiduciarios que ofrecen financiamiento incluso más barato y en condiciones concesionarias a sus países miembros más pobres.

La seguridad de las contribuciones de los países miembros al FMI se garantiza gracias a las robustas salvaguardias que rodean a los préstamos del FMI, a la solidez de su balance y a sus importantes reservas. Los préstamos del FMI siempre se han reembolsado. Esto quiere decir que el Fondo nunca ha incurrido en una pérdida por créditos incobrables, y que ningún país ha experimentado nunca una pérdida en su derecho frente al Fondo. 

Gastos administrativos

La singular estructura financiera del FMI es la base de su función de concesión de préstamos. Pero esta no es su única característica singular. El FMI, con un grupo de países miembros prácticamente universal, es la única institución internacional cuyos miembros le confieren la autoridad para llevar a cabo “exámenes de la salud económica” de sus economías de forma periódica, las denominadas consultas del Artículo IV del FMI. 

Además, el FMI realiza estudios punteros y ofrece asesoramiento sobre políticas de vanguardia en temas que van desde la gestión de la deuda hasta la lucha contra el blanqueo de dinero y el diseño de reformas que mejoren la productividad. También ayuda a sus países miembros a establecer instituciones económicas, como por ejemplo sistemas de administración tributaria y marcos monetarios que respalden la formulación de políticas sólidas y aseguren la rendición de cuentas de los cargos públicos.   

Para cumplir con este programa de trabajo, el FMI incurre en gastos administrativos. Pero el FMI no depende de consignaciones presupuestarias anuales ni de otro tipo de recursos de los contribuyentes para hacer frente a estos gastos. 

En su lugar, este gasto se atiende en su totalidad con los ingresos procedentes de sus operaciones de préstamo y sus inversiones. Estas fuentes de ingreso, junto con una gestión prudente del gasto dentro de un marco presupuestario fijo, permiten al Fondo seguir acumulando reservas. El presupuesto administrativo actual del FMI, ajustado por la inflación, es aproximadamente el mismo que hace 20 años. 

Todos estos elementos de la estructura financiera del FMI son fundamentales. Son únicos en muchos sentidos, aunque los principios básicos, que se consagraron cuando se fundó la institución, son simples. 

En su alocución ante la Conferencia de Bretton Woods en 1944, el Secretario del Tesoro estadounidense Henry Mongenthau señaló: “Los detalles del acuerdo monetario y financiero internacional pueden parecer misteriosos. Sin embargo, en el centro del mismo se encuentran las realidades más elementales de la vida cotidiana”.

Estas palabras no podrían ser hoy más relevantes. Los países miembros del FMI centralizan recursos para su bienestar económico individual y el general. Esto beneficia tanto a los países acreedores como a los países prestatarios, y permite al FMI promover la estabilidad y la prosperidad económica internacional.